La planta que no quería ser planta - Orobanche icterica



Orobanche icterica Pau

Familia: Orobancáceas (OROBANCHACEAE)
Nombres vernáculos: jopo, matalegumbre, espárrago de lobo, hierba tora, matatrigo, orobanca, pijo de lobo.
Característico aspecto de Orobanche icterica con sus flores amarillentas y creciendo entre hojas y tallos de Centaurea aspera (12-mayo-2013, cola del Pantano de Almansa).

Hoy hago un poco de "trampa". Antes de hablar de la especie concreta a la que dedico esta entrada, creo que vale la pena comentar algunas cosas sobre el interesante género al que pertenece: Orobanche.

Orobanche: la planta que no quería ser planta.

Todos, más o menos, tenemos una idea básica de lo que es una "planta" (seguramente una angiosperma). Es un organismo con raíz, tallo, hojas y flores. La raíz fija la planta al suelo y absorbe agua y sales minerales (forman la "savia bruta"). El tallo hace funciones de soporte y transporte. Las hojas, verdes, hacen la fotosíntesis, proceso con el que la panta consigue fabricar cosas que necesita (compuestos orgánicos). Las flores tienen la función reproductora y terminarán transformándose en frutos que contendrán semillas. Con seguridad, mucha menos gente conoce detalles más íntimos como, por ejemplo, que dentro de las diferentes partes de una "planta" hay dos sistemas de transporte, uno que lleva la savia bruta "hacia arriba" (el xilema) y otro que mueve la savia elaborada "por todos lados" (el floema).

La R.A.E. lo resume todo de una forma un tanto más técnica: PLANTA - "Ser vivo autótrofo y fotosintético, cuyas células poseen pared compuesta principalmente de celulosa y carecen de capacidad locomotora". Sí, "autótrofo y fotosintético", es decir, que gracias a la luz del sol y la clorofila que le da color verde, una "planta" consigue fabricar lo que necesita para nutrirse sin depender de otros organismos (es, así, autótrofa). ¿Y si nos encontramos con una planta que no hace fotosíntesis (ni siquiera es verde) y necesita a otras plantas para alimentarse? Pues ese es precisamente el caso de los jopos, también llamados matalegumbres, espárragos de lobo, ..., es decir, las especies del género Orobanche.
Entre plantas "normales" surgen varios jopos.

¿Y qué tienen de especial los jopos?

En algo más de 100 millones de años, por medio de la evolución, han sucedido adaptaciones muy interesantes en las angiospermas. Los ancestros del género Orobanche fueron, en algún momento, plantas "típicas"; para hacernos una idea, pensemos que el linaje de Orobanche se une, por ejemplo, con el de las Labiadas (como el romero y el tomillo). Así, los ancestros de Orobanche tenían raíces normales, sistemas típicos de transporte de savia y hojas verdes (como se espera en una planta). Ahora, partiendo de esos elementos, usemos un punto de vista humano:

Imagina que tienes una casa bien preparada pero quieres ahorrarte el agua y la energía. Seamos malos, todo vale. En lugar de comprar placas solares y pagar la factura del agua, te "enganchas" (conectas) al sistema de los vecinos y les robas el agua y la electricidad. Usando ese simil (reprochable desde la perspectiva humana) propongámonos como Orobanche sacar ventaja frente a otras plantas ... ¿cómo podemos ahorrarnos esfuerzos y tener éxito en la reproducción?
No es coincidencia que encontremos ejemplares de Orobanche icterica creciendo tan cerca de Centaurea aspera (19-mayo-2009, cerca del Molino Alto).

Se te habrán ocurrido varias opciones. En concreto, la táctica de los jopos consiste en evitarse el gasto energético que supone la fotosíntesis: se ahorran la costosa fabricación de clorofila; además, si no van a hacer fotosíntesis ¿para qué quieren hojas? ... las hojas se reducen y se consigue aún más ahorro en "material de construcción". ¿De dónde sacan entonces todo lo que necesitan (la savia elaborada)? Ya lo imaginarás, Orobanche se engancha al sistema radicular de sus vecinas mediante unas raíces modificadas. Una conexión con el floema es suficiente para recibir savia elaborada gratis. Esto supone aún más ahorro para los jopos, pues no necesitan invertir en unas largas y ramificadas raíces, sólo necesitan lo justo para hacer el "enganche" con sus vecinas. Así, Orobanche es un parásito que destina casi toda su energía a formar un tallo repleto de flores y a convertir cada una de esas flores en un fruto que contiene cientos de diminutas semillas.
Detalle de una inflorescencia de Orobanche icterica repleta de flores.

Y aún hay más cosas curiosas:

Esta sí, ... esta no, ... Orobanche busca máxima eficacia.

Continuando con el simil humano mencionado, imagina que eres tan desalmado que intentas conectarte a la luz y agua de otra persona. ¿Te engancharías a cualquier casa del mundo? No. Ya que hay diferentes sistemas de tuberías y de electricidad, tendrías que buscar la víctima más adecuada, aquella más compatible contigo. Pues algo similar ha ocurrido con el género Orobanche. Las diferentes especies de Orobanche han coevolucionado con las plantas de su entorno hasta tal punto que algunos jopos sólo parasitan a una especie concreta de planta (otros tienen preferencia por todo un género, o por toda una familia). El sistema es el siguiente:

Ciclo vital de Orobanche.

Imaginemos un jopo que acaba de dispersar sus semillas. Dichas semillas diminutas quedan en el suelo y allí pueden sobrevivir muchos años sin germinar. Alrededor de esas semillas se van desarrollando raíces de diversas plantas. Cada especie de planta libera por sus raíces unas particulares estrigolactonas (un tipo de hormona). Cuando la raíz del hospedador adecuado para una especie concreta de Orobanche está lo bastante cerca de una semilla de dicho jopo, las secreciones de estrigolactonas hacen que la semilla se active (se "despierta" porque "nota que ha llegado su momento"). Rápidamente la semilla de Orobanche desarrolla una raicilla especial que se conecta a la raíz del hospedador. Desde ese momento, el jopo recibe alimento gratis y se concentra exclusivamente en crecer y crecer. Pronto el tallo emergerá de la tierra y desplegará numerosas flores. Las flores serán polinizadas, formarán frutos y liberarán miles de semillas diminutas que permanecerán "durmiendo" en la tierra a la espera de un futuro hospedador.
Esquema de la interacción entre Orobanche y hospedador, en este caso Orobanche icterica y Centaurea aspera; en naranja las diminutas semillas de jopo; en azul las estrigolactonas en torno a la raíz del hospedador (ilustración: Fernando Martínez Flores).

Cabe destacar que las especies del género Orobanche, al haber reducido mucho sus hojas, nos proporcionan "pocos" caracteres morfológicos para diferenciar unas de otras. Así, los jopos tienden a ser consideradas un grupo difícil de identificar a nivel de especie. Pero tú ya deberías estar pensando: -¡Espera! Si parasitan a una planta concreta, es muy fácil reconocer la especie de Orobanche tras identificar a su hospedador-. Bueno, a veces esto es cierto; otras veces no es tan sencillo. Primero, porque la red de raíces bajo tierra es muchísimo más extensa de lo que la gente tiende a sospechar; un jopo puede estar parasitando la raíz de una planta cuyo tallo está varios metros más allá del Orobanche. Segundo, porque hay diferentes especies de jopo que atacan a un mismo hospedador. Tercero, porque en zonas con alta densidad de vegetación, es complicadísimo decidir cuál es el hospedador de un determinado pie de Orobanche.
Dos individuos de Orobanche icterica; al fondo su hospedador Centaurea aspera (23-mayo-2010, Pantano de Almansa).

Orobanche icterica Pau

Familia: Orobancáceas (OROBANCHACEAE)
Nombres vernáculos: jopo, matalegumbre, espárrago de lobo, hierba tora, matatrigo, orobanca, pijo de lobo.

Descripción de Orobanche icterica:

Tallo no ramificado, nada leñoso (aunque puede ser más o menos robusto), de color amarillento o pardo claro que, en nuestra zona, alcanza 30-50 cm de longitud. Hojas poco llamativas, de color marrón oscuro, enteras, estrechas. Flores muy numerosas en buena parte del tallo, cada una acompañada de una bráctea alargada parecida a las hojas. Flor con forma de tubo curvado, de unos 2 cm de longitud. Pétalos de color pardo-amarillento (como si tuvieran "ictericia" 😉). Estigmas amarillos.
Dos individuos de Orobanche icterica iniciando la fructificación de flores inferiores (23-mayo-2010, Pantano de Almansa).

Detalle de flor de Orobanche icterica; a destacar las glándulas amarillentas.

Partes de la flor de Orobanche icterica (ovario, estambres, corola, cáliz y bráctea). Puede ser complicado averiguar la especie de un Orobanche y, con frecuencia, es necesario diseccionar algunas flores para asegurar la identificación de un ejemplar.

Distribución de Orobanche icterica:

Aunque hay discrepancias con respecto a la definición de la especie (algo más que normal en Orobanche), sigo aquí la opinión del experto Antonio Pujadas Salvà. Orobanche icterica es una planta endémica de la Península Ibérica (no se encuentra fuera de dicha zona), casi exclusiva de su mitad oriental, aunque con alguna población dispersa hacia el oeste.
Mapa de distribución global estimada para Orobanche icterica, según PUJADAS-SALVÀ (2005).

Dentro del término municipal de Almansa se localiza con relativa facilidad en herbazales establecidos en campos de cultivo y en matorrales algo degradados, en zonas bajas. Acompaña siempre a Centaurea aspera subsp. aspera (su planta hospedadora) y, dado lo frecuente de esta centaura en Almansa, es más que probable que Orobanche icterica pueda encontrarse en todo el término.
Distribución conocida de Orobanche icterica en Almansa.

Detalle de las flores agrupadas en capítulos en la Asterácea Centaurea aspera, especie que puede ser parasitada por Orobanche icterica (19-mayo-2009, cerca del Molino Alto).

Por supuesto, podemos encontrar otras especies de jopo en Almansa. Por ejemplo, son frecuentes Orobanche latisquama (parasitando al romero) y Orobanche amethystea (parasitando a Eryngium campestre), pero hablaré de ellos en otra ocasión. Como curiosidad final, en el norte de África los jopos se consumen de modo similar a los espárragos.
Detalle de las flores en el jopo Orobanche icterica; con cierta frecuencia he localizado flores con tres y cuatro estigmas en lugar de los dos típicos de Orobanche.

Detalle de una flor de Orobanche icterica, en la que destacan las numerosas glándulas.


La Flora de Almansa es un proyecto en activo. 
Los datos aquí mostrados pueden ser todavía incompletos.

Comentarios

  1. ¿Qué le ocurre a la planta que parasita?

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    Respuestas
    1. Hola Ana. ¡Gracias por comentar!
      Normalmente a la planta que es parasitada no se le nota que sufra daños importantes. Esta claro que algunos nutrientes pierde, pero nunca he visto que sea algo grave. Eso en plantas silvestres.
      En plantas de cultivo, sí que hay evidencias de daños más notables, principalmente porque disminuye la productividad del cultivo y eso no hace gracia a los agricultores. También es cierto que, en ese caso, las plantas parasitadas suelen ser anuales de ciclo corto (que sufren más que las leñosas perennes) y los cultivos se pueden llenar de grandes cantidades de Orobanche (busca, por ejemplo, fotos de Orobanche crenata, y verás). Fuera de los cultivos suele haber más equilibrio (menos Orobanche por metro cuadrado).
      Un saludo.
      Fernando

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